Es casi frecuente escuchar al propietario de una pequeña empresa decir que no delega por:
( ) Nadie de su colaboradores le inspira la suficiente confianza para delegarle, o
( ) Delegó una vez, y le fallaron, por eso, tiene cierto temor a que repita la historia,
( ) Las operaciones de su negocio aun no superan su tiempo.
¿Hasta qué momento, dicho propietario creerá oportuno seguir multiplicándose en mil labores que terminan por agotarlo y a veces por estresarlo?
A mi modo de ver, la respuesta en gran parte radica en que la mayoría de gente que hace empresa, es decir- los emprendedores- carece de capacidad de gestión y por lo tanto, hay una ausencia de modelo de negocio definido que obedezca a aquella palabra mágica que es: La PLANIFICACION. Y si a esto, se le suma los vínculos familiares, que ocupan cargos, sin reunir el perfil profesional requerido, entonces, mas temprano que tarde, esta empresa enfrentará una serie de conflictos con su entorno.
¿Realmente la empresa tiene una visión y misión claramente definida, dónde los colaboradores realmente sepan en qué medida su trabajo está contribuyendo a su alcance o logro?
LA SOLUCIÓN: El empresario debe comprender que no es lo mismo manejar un negocio cuando la empresa recién la inicia, versus cuando ésta se haya en la etapa de crecimiento. Y en esta etapa precisamente, es que se debe formular las siguientes interrogantes:
1.- ¿Reúno todas las capacidades o competencias para seguir manejando mi empresa en esta nueva etapa?
2.- ¿Tengo un plan claramente definido a corto y largo plazo? (¿Qué es lo que quiero lograr y cuánto exactamente debo crecer?)
3.- ¿Sé que estructura debe tener mi empresa, dónde las responsabilidades estén claramente definidas?
4.- ¿Sé cuál es el perfil del equipo de trabajo con el cual debo contar para administrar efectivamente el crecimiento de la empresa?
5.- ¿Sé cómo mantener un adecuado equilibrio en el clima organizacional de mi empresa, ante este nuevo escenario?
Y sobretodo:
¿Soy consciente que ha llegado la hora de DELEGAR?
¿Qué se debe delegar?
El autor español José María Acosta explica en su libro “Delegar” que las funciones más adecuadas para ceder a un colaborador son las que:
a.- No dominas especialmente, y un colaborador puede realizar igual o mejor que tu.
b.- No te gustan (y por consiguiente no haces bien) y además, no es necesario realizarlas personalmente.
c.- Te ocupan mucho tiempo. Lo que te impide hacer o pensar cosas quizá más importantes.
d.- Un colaborador puede resolver más rentablemente que tú (aunque lo haga peor).
e.- Pueden convertir en un especialista a alguien de tu equipo
f.- Te convierten en un imprescindible, causando un cuello de botella en la empresa, porque eres el único que sabe como hacerlo.
Finalmente, en esta primera parte, concluiré diciendo que para decidirse a crecer hay que tener un plan y contar con un equipo de trabajo comprometido y capaz de asumir retos en nuestra empresa. Y que cuando delegamos, le estamos diciendo a nuestro colaborador que confiamos en él, y a la vez, que tiene capacidad y es importante para nosotros
